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Música Con Criterio

Música

Pirineos Sur. 16 y 17 de julio de 2010

Ya son casi 20 las ediciones del Festival Pirineos Sur, un evento que ha sabido consolidarse en el panorama estatal gracias a una atrevida programación caracterizada por su coherencia y el equilibrio entre estrellas consagradas y nuevas promesas de las músicas más exóticas del mundo. La edición de este año ha querido hacer especial hincapié en los sonidos latinoamericanos, como homenaje al Bicentenario de la Independencia latinoamericana.

Sin embargo, para el segundo fin de semana (16 y 17 de julio) la organización se alejó de esas latitudes y reservó para estas fechas dos de los conciertos, a priori, más interesantes del festival: Howe Gelb & A Band of Gypsies (con Raimundo Amador al frente) y Rachid Taha. A pesar del interesante cartel, la crisis y la fuerte competencia en el ámbito de los festivales (en estas mismas fechas también se celebró, entre otros, el Monegros Desert Festival) el público que se acercó al escenario flotante de Lanuza fue más escaso que en otras ediciones.

El viernes, los primeros en subirse al escenario fueron los mexicanos La Mojarra Eléctrica. La banda, formada Bogotá, desplegó en el escenario una mezcla de funk, música cubana, salsa y reggae, que si bien consiguió animar a los espectadores de las primeras filas, no pudo evitar que su propuesta no se diferenciase mucho de otras ya escuchadas en numerosas ocasiones en este mismo festival.

Todo lo contrario a lo que hicieron el inquieto Howe Gelb y Raimundo Amador. Los sonidos de la frontera americana con México y el flamenco se dieron la mano de una manera inédita, fluida y muy original en un concierto capitaneado por el americano. Después de aparcar su grupo Giant Sand, sacar un disco con un coro de gospel y de versionar en directo a Johnny Cash, Howe Gelb se ha atrevido con el flamenco, una idea que ya le rendaba por la cabeza desde hace varios años. El resultado ha quedado plasmado en Alegrías, un excelente disco que fue trasladado fielmente al directo. Sin embargo, la mezcla no resultó completa ya que cuando uno de los líderes del proyecto tomaba las riendas, el otro se limitaba a seguirle, sin grandes intromisiones. El concierto se cerró con Helb y Amador mano a mano, los auténticos protagonistas de la noche, a pesar de la gran aportación del resto de músicos.

La jornada del sábado, con más público que el día anterior, inició con la actuación de la marroquí Oum, que entusiasmó con su hermosa voz con la que acompañó a los ritmos soul, funk, jazz o reggae que inundan su primer disco, Lik’Oum.

Una de las asignaturas pendientes del festival siempre ha sido dar relevancia a los nuevos sonidos que han surgido de las tierras aragonesas, pero este año se ha hecho un considerable esfuerzo y se dio la oportunidad a Alejandro Montserrat. Para la ocasión, se presentó un nuevo espectáculo en el que el zaragozano acompañado de un nuevo grupo llamado Al Baida (integrado por músicos españoles y marroquíes), ha fusionado el flamenco con los sonidos árabes. Lejos de caer en los tópicos de estos proyectos (ya se sabe, el buen rollismo), el concierto fue una muestra de la proximidad de estas músicas, de una manera natural y sin artificios: los dos cantantes del grupo se solapaban con tal facilidad que a veces se confundían las melodías. Montserrat a la guitarra flamenca, en medio del escenario y secundado por su fiel guitarrista Nacho Estevez “El Niño”, controló cada movimiento de los músicos y mostró su alegría de poder tocar por primera vez en ese escenario Un concierto para recordar.

Rachid Taha, una de las figuras clave de la música árabe de los últimos años venía a Lanuza para presentar su último disco, Bonjour, que sirvió como excusa para hacer un repaso de su ya extensa y exitosa carrera. El argelino mostró tanto su faceta costumbrista (como gran defensor del raï) como transgresora (por medio del rock). Una mezcla que le sigue funcionando a las mil maravillas. Comenzó con algunos de sus nuevos temas pero con los que consiguió levantar a la ya multitudinaria audiencia fueron sus clásicos en la recta final del concierto: Ya Rayah, Barra, barra (que sonó mucho mas rockera que la original) y con esa grandiosa versión de The Clash de Rock el Kasbah. Su trono sigue a salvo.

Más información en aragonmusical.com

Concierto de Faith No More. Madrid 9/7/2010

 

Corría 1997 cuando me grabé mi primer disco (en cinta) de Faith No More, era su último trabajo de entonces, Album of the year. Tras él, me grabe todos los de la etapa de Mike Patton. Su fuerza, descaro, ironía, versatilidad y la impresionante voz de Patton me atraparon como pocos grupos. Un año más tarde, mi ilusión por verles en directo se desvaneció. La banda se separó. Desde entonces, la importancia e influencia del grupo de California no ha hecho más crecer y cada vez era mayor el número de voces que pedían una reunificación. Por fin el año pasado las plegarias fueron escuchadas y volvieron a juntarse los mismos miembros de la última época: Billy Gould (bajo), Mike Bordin (batería), Roddy Bottum (teclados), Mike Patton (voz) y Jon Hudson (guitarra).

Por desgracia, su extensa gira por festivales europeos no recaló en España. No es un grupo fácil de programar: demasiado blandos para los jevis, muy duros para los poperos y poco modernos (de momento) para los cazadores de tendencias. Pero este año sí, y la cita fue doble: en el Sonisphere y en el BBK Live.  El Sonisphere se celebró en Madrid y el cartel lo compartían con bandas tan poco afines como WASP, Sober, Saxon o Rammstein.

Tras una brutal actuación de Slayer (es obligatorio verlos aunque sea un rato; no hay nada parecido) unas cortinas rojas en el escenario avisaban del inminente comienzo de Faith No More. Una versión de la famosa Reunited de Peaches & Herb fue la canción elegida para abrir el concierto. Todos los miembros del grupo salieron uniformados con elegantes trajes (incluso con clavel en la solapa) y Patton apoyado en un bastón mientras cojeaba. Falsa alarma. El frontman estaba en plena forma (¿un recadito a todas las bandas que se reúnen al cabo de los años en una forma más que cuestionable?).

Metal, rock, pop, experimentos electrónicos, funky… La mezcla perfecta que les hizo famosos en la década de los noventa sigue funcionando, y de qué manera, hoy en día. No faltaron sus canciones más duras (Caffeine, Cuckoo for caca o The gentle art of making enemies), los elegantes medios tiempos (Evidence, Easy, Just a man), ni sus clásicos más coreables (Epic, Ashes to ashes o From out of nowhere). El grueso del concierto le formaron los temas pertenecientes a, posiblemente, sus dos mejores discos, Angel dust y King for a day (hay que ver lo bien que ha envejecido).

El grupo, en forma, pero si algo destacó por encima de todo fue el poderío vocal (del alarido más salvaje al susurro más suave) de Patton y su gran facilidad para ganarse al público y hacerse dueño del escenario. No dudó ni en tirarse encima de los espectadores para que lo llevaron en volandas y se mostró plenamente comunicativo con un fluido castellano. Incluso se atrevió a nombrar como próximo rey de España a Carles Puyol.

Una hora y media de puro rock, de un grupo que nunca tuvo, ni tiene, miedo a fusionar cualquier estilo que les guste. Demostraron que siguen plenamente vigentes y que superan a toda esa generación de bandas que surgieron a rebufo suyo a comienzos de 2000 (¿alguien se acuerda de esa cosa llamada Nu-metal?). Veo difícil que se vuelvan a juntar para grabar un disco, teniendo en cuenta sobre todo la exitosa carrera en solitario de su cantante (Fantomas, Tomahawk, Pepping Tom… o sus colaboraciones con Massive Attack o Bjork), pero mientras ofrezcan espectáculos como el mostrado en el Sonisphere no lo necesitan.

Festival Expop. Anfiteatro de Ranillas 10/7/2010

 

En plena saturación de festivales y de propuestas musicales veraniegas, surge un nuevo evento a orillas del Ebro, el Expop, y tiene intenciones de quedarse. Para su primera edición los programadores han apostado por un fuerte cabeza de cartel, como son Los Planetas, junto a tres nuevas bandas que están surgiendo: Mister Hyde, Limnopolar y Napoleón Solo. El problema es que con tal descompensación de nombres da la sensación de que se trataba más bien de un concierto de los granadinos acompañados de tres teloneros. Por lo menos dos de los grupos estuvieron a la altura de las circunstancias.

 

 

Los primeros en subirse al Anfiteatro de la Expo fueron los granadinos Napoleón Solo, que venían acompañados de buenas críticas y cierta expectación. Nada más lejos de la realidad. El concierto resultó soso, plano y, sobre todo, falto de canciones. Su sonido no pasa de un rock convencional que no funciona ni como grupo mainstream; como unos Pereza  pero descafeinados. También hay que reconocer que levantaron levemente el vuelo al final de la actuación.

 

 

Mucho mejor estuvieron Limnopolar. Los últimos ganadores del Muévete desplegaron un directo compacto con elaboradas capas de ruido. Ya avisaron en la rueda de prensa del festival de que iban a sacar su faceta más shoegazing. Los cinco componentes de la banda demostraron su pericia instrumental,  y más teniendo en cuenta el poco tiempo que llevan tocando en vivo, y confirmaron su potencial. Quizás les falte algo más de concreción en sus canciones, cuando se pierden en complejos tramos instrumentales, pero es una de las bandas a tener en cuenta de Zaragoza. Es incomprensible que cierto sector del público protestase porque Napoleón Solo actuasen antes que Limnopolar. Todavía se nos cae la baba con todo lo que nos venden de fuera (y más con cierto aroma indie) y no sabemos apreciar lo que tenemos en casa.

 

 

Con la actuación de Mister Hyde, las primeras filas del tremendo anfiteatro comenzaron a llenarse. Se nota que los zaragozanos comienzan a tener sus propios fans (a la par que sus grandes detractores; un precio que hay que pagar)  que ya se conocen sus canciones y las corean. Arrancaron con una pequeña intro instrumental con teclados, como declaración de amor del sonido de los años 80, e hicieron un recorrido de sus temas más conocidos e infalibles: El silencio entre nosotros, Romper a bailar, He cometido un error, Laberintos en la tierra… Para la ocasión desplegaron un sonido más propio de rock de estadios, conscientes de las grandes dimensiones del recinto. Si siguen haciendo conciertos tan certeros como los del sábado, tendrán que acostumbrarse a los grandes espacios.

 

 

La sensación al finalizar el concierto de Los Planetas es contradictoria. Por un lado, los granadinos ofrecieron uno de los mejores conciertos que les he visto pero, por otra parte, J volvió a dar muestras de sus caprichos cuando a mitad del concierto abandonó al escenario por “problemas de voz”. Volvieron a subirse pasados 15 minutos, pero es inevitable pensar que se cargaron un concierto que se antojaba excelente, a pesar de algún fallo de sonido.

La primera en sonar fue la misma que abre su nuevo disco, la instrumental La llave de oro. Un  comienzo brillante, pero que no tuvo continuidad con los dos temas siguientes. Sin embargo, llegó una versión espectacular de El Romance de Juan de Osuna, con una larga introducción digna del mejor krautrock. A partir de entonces, el concierto fue hacia arriba con clásicos instantáneos como Ya no me subo a la reja, Si estaba loco por ti o Segundo premio. La Velvet Underground, Spacemen 3, Morente, Jesus & Mary Chain: Los Planetas han recogido lo mejor de sus influencias más notables, le han insuflado aire nuevo y lo han convertido algo diferente y excitante. Para disgusto de sus fans más pop, los creadores de Super 8 cada vez se alejan más de los himnos inmediatos para centrarse en su faceta más compleja, espacial y psicodélica.

Pero tras Reunión en la cumbre, J abandonó el concierto. Un coitus interruptus que echó por tierra todo lo logrado. Por suerte volvieron a subir. Para compensar, en la recta final regalaron Pesadilla en el parque de atracciones, Un buen día y Alegrías de un incendio, que sonaron igual de bien que el resto del repertorio. No sé si serviría para reconciliarse con sus fieles, pero por lo menos mejoraron la mala imagen que dejaron en su última visita a la capital aragonesa, en las pasadas fiestas del Pilar.

 

Concierto de Pecker. Fnac de Zaragoza 8/7/10

Que la suerte es un factor decisivo para triunfar en el actual complicado mundo musical es obvio. Sin embargo, hay quienes apuestan por una carrera trabajada y a largo plazo y cuando se les presenta la ocasión de llegar a un público más amplio no dejan pasar esa oportunidad. Pecker lleva casi una década publicando discos de pop envueltos en los más diversos estilos, y siempre fiel a sus principios. Ahora, con la publicación de su primer grandes éxitos, Memorias de un hombre invisible, aprovecha cualquier ocasión para actuar en directo, ya sea en Radio 3, colaborando con otros grupos, e incluso apareciendo en programas de Aragón Televisión como invitado (además de su intensa presencia en la red). Este jueves tuvimos la oportunidad de ver  una faceta suya difícil de disfrutar: en acústico.

La Fnac de Zaragoza se llenó de curiosos transeúntes y fans confesos para ver la actuación del oscense acompañado tan sólo de su guitarra. Varias cosas saqué en claro del concierto: las canciones se defienden igual de bien al desnudo, Raúl Usieto tiene mejor voz de la que aparenta y se confirma que se trata de un artista con recursos que sabe cómo ganarse a la audiencia.

Comenzó la corta actuación con la presentación de alguno de sus temas nuevos que incluye en el recopilatorio (París, Tokyo, New York) agarrado a la acústica. Sin embargo, en la tercera canción ya recurrió a una caja de ritmos para adornar alguna de sus canciones más animadas (Me quemas bastante, Supernova). Y lo dicho antes, a pesar de despojar a sus composiciones de sus sutiles arreglos electrónicos, son igual de disfrutables.

En la recta final sacó su ya famoso y querido ukelele. Primero ofreció una nueva canción que ha realizado vía internet con un brasileño, escrita en portugués y que cantó a medias con el público gracias a unos pequeños carteles que colgó con la letra original. Y para acabar, su genial versión de I wanna be your boyfriend de The Ramones acompañada, cómo no podía ser de otra manera, de un baile con el hula hop.

Concierto de Ticket. La pequeña Bety de Madrid, 24/06/2010

 

No es ningún secreto que Ticket es una de las bandas que más proyección puede tener dentro del pop-rock de corte más comercial (en el buen sentido de la palabra) de Zaragoza. Su propuesta se encuentra muy cercana al sonido de grupos como Snow Patrol, Coldplay e, incluso, U2. Es decir, guitarras cristalinas con su punto de distorsión, buenas melodías con tendencia  a la épica y una importante presencia de los teclados. La coyuntura está de su parte. Sin embargo, los cuatro miembros del grupo son conscientes de que el mercado está repleto de eternas promesas y han decidido expandir su radio de acción, después de haberse recorrido las (escasas) salas de la capital aragonesa. Su última cita: La Pequeña Betty, en Madrid el pasado jueves 24 de junio.

Antes del comienzo del concierto (que fue a una hora tan poco apetecible como son las ocho de la tarde) se podía notar los nervios entre los  miembros de la banda. Era una ocasión muy importante para mostrar a la gente de la capital de lo que podían ser capaces. Al salir al escenario, ni rastro de presión. Conscientes de que sólo tenían tiempo para interpretar siete escasos temas de su repertorio (sólo disponían de poco más de media hora), se centraron en sus nuevos temas.

La evolución del grupo tanto a nivel compositivo como de directo ha sido significativa. Las nuevas canciones se alejan los complicados entramados guitarreros de sus comienzos y han optado por una simplificación de sus canciones. El resultado, lejos de restar calidad, se ha traducido en temas más cortos, inmediatos y, por qué no decirlo, coreables. En cuanto a su  traslado al directo, ahora suenan mucho más compactos (a pesar de que con su nuevo guitarrista tan sólo ha dado dos conciertos), contundentes y ambiciosos. Tan seguro están del potencial de su nuevo material (Nadie más, Me ignoras, Ego…) que incluso se tomaron el lujo de dejar algunos de sus temas con mayor pegada, como Quiero ser Peter Pan.

También hay que destacar que el sonido de la sala estuvo de su parte, con un volumen altísimo y de buena calidad durante toda la actuación, que ayudó a redondear la jornada. La única pega pudo ser que en las canciones en las que el cantante abandonaba los teclados y se colgaba la guitarra su buena voz quedaba en un segundo plano. De todas maneras, Ticket cumplieron. Ahora, que den el salto a una liga superior está en manos de otros.

Foto: Beatriz Pitarch.

Hasta los huevos de la Movida

 

Antena 3, al igual que el resto de medios de comunicación generalistas, sigue ofreciendo interesantísimas noticas relacionadas con la cultura, y con la música en concreto. Este fin de semana, sin ir más lejos, anunció en sus informativos a bombo y platillo el “sorprendente” nuevo trabajo de Melocos: versiones de los grupos de la Movida. El summúm de la originalidad, vamos. Un derroche de ingenio digno del ejecutivo discográfico más oportunista. Y la verdad, no sé qué me indigna más de esta noticia, si su nulo interés informativo o soportar escuchar por enésima vez las alabanzas por esa supuesta época irrepetible de nuestra música.

Que la Movida de los 80 fue un fenómeno muy destacable e importante es innegable, pero el problema es que nos llevan vendiendo la misma moto desde hace una década. Si mi memoria no me engaña (y no lo hace), Iguana Tango ya hizo algo parecido hace siete años (con temas de Los Ronaldos, Duncan Dhu, Mecano, Loquillo…). Pero esta música sigue vendiendo y las grandes discográficas, anquilosadas y anticuadas, no van a dejar escapar su filón. La técnica: apelar a la nostalgia de los que vivieron esa época y hacer creer a los jóvenes que esa época fue algo irrepetible y que ellos nunca podrán disfrutar.

El artefacto sonoro en sí (me niego a llamarlo disco) contiene, como no podía ser de otra manera, canciones de La Guardia, Modestia Aparte, Complices, La Unión, Hombres G, Los Secretos… Creo que no hace falta ni que ponga el título de las canciones. En el reportaje de Antena 3 salían algunos de los artistas versionados, encantadísimos de poder seguir viviendo del cuento, y alabando a un grupo tan fresco como son Melocos.

Lo curioso es que los grupos que aparecen en el CD (o en el formato que vayan a sacarlo) no son precisamente unos abanderados de la transgresión de la que hablan orgullosos los abanderados de la Movida. Porque no es lo mismo Alaska (con todas sus formaciones), Radio Futura, Siniestro Total, Parálisis Permanente, Golpes Bajos o La Mode, que grupos como Los Secretos, La Unión, Tam Tam Go o Complices, que no destacaron precisamente por su originalidad ni por haber tenido una carrera posterior brillante.

Pero es que el engaño de los últimos años ha sido tan grande que movimientos musicales como la post movida o la explosión del indie a mediados de los 90 se han borrado de la memoria colectiva. Nunca han existido para una inmensa mayoría. Grupos tan imaginativos y rompedores (o más) como los de la movida sólo salen nombrados en medios especializados. Para el gran público nombres como Surfin’ Bichos, Los Enemigos, Cancer Moon, Mercromina, El Niño Gusano o Family, siguen sonando a chino. Y si los conocen, son grupos “raros”.

Y qué decir de la música de ahora. Si ha habido un momento en la música española de una increíble e intensa creatividad musical, es hoy en día. El Guincho, Nacho Vegas, La Bien Querida, Manos de Topo, Love Of Lesbian, Nudozurdo, Tachenko, Triángulo de Amor Bizarro… La lista es interminable y abarca todos los estilos.

Sólo una cosa más. Cuando murió el auténtico genio de la Movida, Carlos Berlanga, la noticia fue que murió el hijo del director Luis Berlanga. El olvido. Ese es el precio que pagó por ser único, irrepetible, ir contracorriente y no vivir de unas rentas pasadas. ¡Larga vida a la movida!

 

Pecker, un hombre inquieto

 

 

Pecker, al igual que Juan Palomo, él se lo guisa y él se lo come. En un tiempo en que la industria discográfica está paralizada y no sabe cómo salir de una crisis de la que sus propios dirigentes son los culpables, es admirable cómo cada vez los artistas se las ingenian ellos mismos de las maneras más sorprendentes para darse a conocer. Uno de los que más están dando que hablar es precisamente el oscense Raúl Usieto, más conocido como Pecker.

Hace tan sólo unas semanas hizo un llamamiento masivo para que sus fans le ayudasen a montar un videoclip en la que saliesen cantando su último single, “Treinta y cinco”. El resultado, una sorprendente muestra de que con imaginación y ganas aún se puede innovar. El propio Pecker es el primer sorprendido. “Estoy muy satisfecho. En ocasiones cuando uno mira a través de esta ventana al mundo que es internet no sabe si también le están viendo a él, no  sabe en qué grado importa lo que hace, ni de qué modo se valora. La respuesta inesperada que tuve con la iniciativa de la canción "Treinta y cinco" me llenó de alegría. No es fácil que la gente se atreva a implicarse en un proyecto tan loco como el de grabarse a sí misma cantando una canción para que luego el artista monte un videoclip con sus imágenes. Y recibí material de muchos rincones de España, de Estados Unidos y de Argentina. Lo bueno de esta idea es que una vez montado el clip, todos los implicados tenían ganas de verlo y esto hizo que en el día de su estreno en YouTube se colocara en el nº 9 de los vídeos de música más vistos en España”.

La cosa no quedó allí. Pocos días más tarde volvió a dar que hablar con una curiosa versión de “I wanna be your boyfriend”, de The Ramones. “Esto fue todavía más sorprendente, incluso bizarro (en el sentido inglés de la palabra). María, mi mujer, se compró un hulahop en una tienda de Zaragoza. Casi al mismo tiempo fue mi cumpleaños y me regalaron un ukelele blanco precioso y quería grabar algo y colgarlo. Soy fan de los Ramones desde que tenía 8 o 10 años y adoro esa canción y me pareció divertido juntarla con un hulahop y un ukelele. Hicimos el vídeo entre los dos (María es la verdadera estrella del clip, ella es todas mis piernas), y lo subimos a mi canal. En pocas horas se colocó el número 1 de España y el número 31 del mundo... Íbamos viendo como entraba progresivamente en los ranking de los más vistos de Alemania, Canadá, Australia, Taiwan, Méjico, Reino Unido, Irlanda, Francia... En fin, una locura muy, muy excitante.

Y cuando aún no se ha recuperado de la sorpresa, ya ha anunciado por medio de su myspace una nueva iniciativa: crear con sus fans una súper banda en el que cada uno colabore con un instrumento para luego montarlo en un video (incluso enseña los acordes). Desde luego, ideas no le faltan y sabe que debe seguir por este camino si quiere darse a conocer. “Tengo la suerte de contar con Mark Davyd, un manager y amigo que intuye cuál es el camino de la promoción hoy en día, y estamos probando qué es lo que ocurre. Es evidente que, además, hacen falta ideas y para esto en el proyecto Pecker somos un equipo pensante muy activo tanto mi mujer, como mi hijo Lucas de 10 años, como yo mismo; uno dice algo y a continuación el otro desarrolla un poco más la idea, hasta llegar al final. Por otra parte, está cambiando tanto el modelo de mercado en el mundo de la música y audiovisual que todo el mundo anda un poco desorientado y desde luego que el camino está en la red, te permite esa inmediatez y ese contacto directo con la gente, aunque a veces sea demasiado frío”.

Este contacto continuo con su público ha hecho que Pecker se esté ganando cada vez más adeptos y precisamente éstos son los que más se alegrarán con su nuevo disco, “Memorias de un hombre invisible”, una recopilación de los mejores temas de sus primeros tres discos y algunas sorpresas. “Nos parecía importante que la gente que acaba de descubrirme supiera que hay un viaje de 3 discos en mi pasado reciente, con grandes canciones. Los 2 primeros "Diez y 1 galaxia" y "2 y las nadadoras" son casi imposibles de conseguir ya y por suerte aún queda gente que prefiere el disco objeto a la descarga digital. Así que, aquí viene: "Grandes éxitos de un hombre invisible" que además incluye 2 canciones nuevas; una versión de maqueta de un tema del segundo disco; cuatro remixes de varios singles con los que solemos acabar los conciertos a cargo de DJ Niño de The Pinker Tones, de McPérez, de Carlos Sáinz y de Cien Perros; y tres grandes colaboraciones de artistas a los que admiro: Miqui Puig, Iván Ferreiro y Bimba. Lo interesante del álbum es que las canciones han sido seleccionadas por los admiradores de Pecker en Facebook. Las cuatro más votadas de cada disco son las que se van a publicar”.

Como se ve, sigue pensando en su público. Ya sólo me quede recomendar este artista que se mueve en esa complicada línea de “demasiado comercial para los indies y demasiado raro para ser un producto comercial”. Los que le den una oportunidad no lo lamentarán y descubrirán a un artista capaz de mezclar el pop más redondo con el electro, funky, trip hop, rock y lo que se le ocurra en cada momento.

 

Achtung Baby, ¿el mejor disco de los últimos 25 años?

 

Me prometí a mi mismo que al retomar el blog evitaría escribir de los omnipresentes U2, pero justo ayer vi que la revista Spin ha nombrado al "Achtung Baby" (1991) como mejor disco de los últimos 25 años. Y claro, no he podido resistirme a hacer un comentario del disco que cambió mi perspectiva de la música desde la primera vez que lo escuche, hace ya más de 15 años, y al que más veces le he dado al play.

Para los que nunca han dado una oportunidad a Bono, al del gorrico a lo Amaral y a los otros dos gregarios, este disco es la excusa perfecta: es moderno (las guitarras de The Edge nunca han sonado mejor), contiene algunas de las mejores composiciones del cuarteto y no pretende aburrir al oyente con proclamas para salvar al mundo. De hecho, sigue siendo el álbum del que más temas rescatan para sus directos: “Zoo Station”, “Mysterious Ways”, “Until The end of the World” o “One” (insuperable) son casi fijas y “Ultraviolet” se ha revelado en esa última gira como uno de los momentos álgidos.

¿Pero se merece estar en lo más alto de ese podio? Aunque cada lista confeccionada por un medio atiende a unos criterios diferentes, a mí me ha parecido una decisión muy conservadora. No es que no se lo merezca, pero objetivamente hay trabajos que han influido de una manera más importante en el rumbo de la música desde 1980. “Dummy”, The Portishead; “Blue lines”, de Massive Attack; e incluso “Grace”, de Jeff Buckley, discos que también están incluidos en la lista, aunque en unas posiciones mucho más bajas, dan más el perfil.

En el resto de la lista, que incluye 125 discos, encontramos nombres imprescindibles, sorpresas y sonoras ausencias. Entre los primeros no podían faltar Animal Collective (“Merriweather post pavilion”), Radiohead (“Ok Computer”), The Smiths (“The Queen is dead”) o Nirvana (“Nevermind”). Sin embargo, no me esperaba que Prince (Sign O’ the times) logrará una merecidísima segunda posición o que se apostase tanto por grupos de hip hop (Jay Z, Nas, Public Enemy o Run DMC). Lo que no entiendo es que hacen Guns & Roses cerca de los más alto y que no aparezca ningún disco de Primal Scream… Es lo que tienen las listas: no contentan a nadie. Para ver la selección completa, pincha aquí.

 

The Closers: Gliese 581

 

 

Si metemos en una batidora a los Primal Scream más electrónicos, Nine Inch Nails y Prodigy, lo más probable es que el resultado fuera algo parecido al primer larga duración de los zaragozanos The Closers, “Gliese 581”. Una agradable sorpresa dentro de la escena musical maña, que sería  mayor si no fuera por un trabajado pasado (cuando aún se llamaban Revelbeat) y su EP “The End” (publicado hace escasos meses y del que rescatan tres de los cuatro temas que incluía), que ya contenía los acertados ingredientes: potentes guitarras y una base rítmica sustentada por una batería y arreglos electrónicos nada sutiles.

Y es que tras casi 10 años en los escenarios, los miembros de The Closers han entregado su mejor obra sin renunciar a sus principios, ajenos a las modas pero adaptándose a los nuevos tiempos. A pesar de que el rock post grunge y el big beat no han pasado por el mejor momento durante esta década, ellos han seguido apostando por la mezcla. Finalmente, la coyuntura musical les ha sido favorable y con una mayor presencia de la electrónica han dado el gran paso.

La mayor baza con la que cuenta “Gliese 581” es con su cuidadísima producción, con un sonido que no tiene nada que envidiar a lo hecho por grupos anglosajones: "You can’t stop me in club", con cierto regusto a los grupos de moda como Kasabian o Klaxons, podría sonar en emisoras tipo NME. Precisamente, este tema junto con “My own mistake” (con un trepidante ritmo a lo Prodigy) “20 light years from home” (que podría incluir a Josh Homme como colaborador) “Here again” y “Come down” (la joya del disco: Bobby Gillespie cantando "Miss Lucifer" poseído por el espíritu de Kurt Cobain) es la artillería pesada con la que arrasarán en sus conciertos. Sin embargo, el disco también deja momentos más introspectivos y apuesta por temas más atmosféricos. Allí están "The end", o "Loud love".

En general, un trabajo muy cuidado y compensado que seguramente trascenderá más allá del ámbito aragonés y que ha creado un importante camino a seguir en Zaragoza. Para escucharlos pincha aquí.

 

La Alargada Sombra de Ian Curtis

El 18 de mayo de 1980, Ian Curtis, cantante del grupo Joy Division, llegaba solo a su casa de Macclesfield. Se puso en la tele “Stroszek” (de Werner Herzog), una de sus películas favoritas, después escuchó el disco “The Idiot” de su querido Iggy Pop y decidió ahorcarse en la cocina con una cuerda de tender por la noche. Con tan solo 24 años, terminaba la carrera de una de las figuras más importantes de la música popular de las últimas tres décadas. Nunca sabremos cómo hubiera evolucionado en un futuro, pero lo que es innegable es su influencia en infinidad de bandas de todo tipo de estilos: desde el punk, la música electrónica o el rock siniestro. Grupos como The Cure, Editors o los mismísimos U2 le deben estar muy agradecidos.

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Concierto de El Columpio Asesino (9-5-2008)

 

Lleno absoluto en La Casa Del Loco para escuchar en directo el nuevo disco de El Columpio Asesino, “La Gallina” (2008). Es la tercera vez que nos visitan, tras su paso por FNAC y el Centro Cívico de la Universidad y resulta obvio que en cada entrega ganan más adeptos y sus conciertos son más multitudinarios. La publicación de su tercer disco está generando la misma expectación que sus anteriores obras, y no es para menos, ya que se trata de su trabajo más equilibrado y personal. Ya han conseguido superar sus variadas influencias y han logrado encontrar un sonido propio con unas letras y universos muy personales.

Abrieron la noche los zaragozanos De Vito (antiguos componentes de Sullivans), un grupo que en escaso tiempo han disfrutado de un ascenso meteórico en la escena local. Tienen temas tremendamente divertidos (sobretodo “Clap your hands say co”) pero su tecno-rock en directo sigue resultando un tanto plano. En muchas ocasiones sus instrumentos parecen quedar sepultados por los bailables ritmos marcados por su portátil. De todas maneras supieron derrochar energía y hacer pasar un buen rato a los primeros espectadores.

En los últimos meses, El Columpio Asesino ha sufrido varias bajas y los hermanos Arizaleta se han hecho cargo de la dirección de la banda, han introducido a un nuevo bajista (con una importante presencia en los coros) y a una teclista y cantante muy activa (que ya había colaborado con ellos en algún tema en el pasado). Es destacable la continuidad del trompetista, que ahora además de su instrumento se ocupa de una percusión complementaria que le da una nueva profundidad rítmica a varias de sus composiciones. Un detalle, a priori secundario, es que en su nueva gira llevan un técnico de sonido propio, pero en un grupo de sus características resulta fundamental para plasmar el sonido del álbum en directo.

La primera en sonar fue “El Destacamento”, un tema que resume a la perfección lo que encontramos en su nueva obra y a lo largo de su actuación: atmósferas inquietantes, hermosos coros de mujer, explosiones de intensas guitarras y letras sucias y misteriosas. La primera parte del concierto se centró en algunos de sus temas más guitarreros como “Edad Local”, “Aham” o “México”, para luego dar paso a su faceta más arriesgada y experimental con “Moscas” o “No tienes que decirme nada”. En los primeros, desde luego es donde más cómodos se sienten y más efectivos resultan, pero los instante más interesantes fueron cuando apostaron por el nuevo camino marcado, con “La Ceniza” como uno de los momentos álgidos de la noche.

Cuando llegaron los bises, el público completamente entregado, pidió a gritos las canciones que querían que para cerrar la velada. Como no podía ser de otra manera esas peticiones se trataban de los temas más bailables, es decir “Floto” y “Luca 44-48”. Los de pamplona satisfechos por el excelente trato a lo largo de la noche no pudieron decir que no. El resultado, un apoteósico final con un intenso baile en la parte central del escenario.

Concierto de Thrauma, Khornea y Thorgeir

El Ciclo de bandas aragonesas de Muévete en Directo llegó a su fin, y lo hizo de una forma distinta a lo que nos tenía acostumbrados. La última cita se dio en la mítica sala La Casa Del Loco (en la que muy pocos artistas noveles tienen la oportunidad de tocar) y además los grupos invitados se alejaban de la vertiente pop-rock a la que estábamos acostumbrados, y se volvían a centrar en los sonidos más duros (propios del reciente Festival Nuevo Metal de Zaragoza). La otra nota característica fue el altísimo y brutal volumen con que los técnicos le pusieron a los grupos, no obstante, se les llamó la atención por parte de la organización. Por lo demás discurrió la noche normal con el buen nivel de público mostrado durante todo el ciclo.

Los primeros en aprovechar ese derroche de vatios fueron Thrauma, una formación trash a la vieja usanza pero con una voz más gutural. Tras un comienzo dubitativo por parte de sus miembros, comenzó una tormenta de guitarras estridentes, bajos atronadores y una batería aplastante. La mayoría de las canciones se ajustaban a lo aprendido por sus maestros, pero mezcladas con momentos más progresivos e instrumentales. Conectar con el público no les fue tarea fácil, pero regalar el “Seek & Destroy” de Metallica es munición infalible. Para rematar la faena en la recta final del concierto recurrieron a una acelerada versión de “Bloody Roots” de Sepultura. La gente contenta, pero seguramente con una ligera pérdida de audición.

 

En la siguiente actuación el volumen de la sala ya se bajó considerablemente, pero poco les importó a Khornea, que salieron con ganas de tocar muy fuerte y muy alto. Esta banda está muy cerca de los postulados de los anteriores pero con una mayor velocidad, cambios de ritmo más bruscos, apenas solos de guitarra y sobre todo un cantante con una actitud mucho más punk y provocadora (además salió al escenario con una especie de pene gigante en sus partes…). Como ya había avisado anteriormente el cantante de Thrauma, su concierto no dejó indiferente a nadie, y desde la primera canción se formaron los primeros pogos y cuernos al aire, creando un clima mucho más agresivo y físico, siendo la tónica esta hasta el final de su buena actuación.

 

Después de toda esa actitud de agresividad (que nunca pasó de lo estrictamente musical), los encargados de decir adiós a este ciclo fueron Thorgeir, un grupo con una pose mucho más lúdica y festiva, de hecho, salieron al escenario con faldas escocesas y con las caras pintadas, recordando a Mel Gibson en “Braveheart”. También son un grupo de metal, pero con una mayor presencia de teclados y unas patentes influencias del folk noruego. Al comienzo de su show mostraron su cara más dura y combativa (con ataques a la SGAE incluidos) pero al final optaron por dar rienda suelta a su pasión por el “Viking-metal”, para alegría de su público, que no paro de bailar a sus pies hasta el final de su espectáculo.

Y hasta aquí todo lo que ha dado el Muévete en Directo. Esperemos que se tenga en cuenta la gran aceptación por parte del público (además considerando el incremento con respecto al año pasado), y el buen entendimiento por parte de los grupos participantes, y al año que viene volvamos a disfrutar de algunas de las mejoras bandas zaragozanas consolidadas con otras que estén empezando en este fascinante arte que es la música.

Concierto de Nico Cassinelli, Pensamiento 24 y Sultans

La actuación de estos grupos debería haberse celebrado hace casi un mes, pero por problemas técnicos surgidos en el C.C de las Delicias, este concierto se vio obligado a posponerse hasta el día 19 de Abril. El lugar escogido finalmente para el evento fue el C.C de la Universidad, uno de los espacios a los que más público se acerca. Pero ese día no ocurrió así. El motivo: el Real Zaragoza jugaba en casa, y contra el Recre nada menos (se juegan ambos la permanencia). Así que una vez más, el deporte rey hizo mella en las actuaciones.

Muy poca gente había gente a primera hora, pero Nico Cassinelli empezó la actuación de todas maneras, no sin antes desear suerte a nuestro equipo. Nico es un músico argentino afincado en España y que está comenzando una nueva carrera musical en solitario en nuestro país después de haber editado varios discos con su grupo Orsai en su Argentina natal. Su estilo se mueve entre el pop clásico, pero influenciado por el tango y folk sudamericano. Esa noche desplegó una banda de 5 músicos, con percusión, cajón, guitarra y teclados, recreando un ambiente muy relajado e intimista. Una sensación que se reforzó más gracias a que entre canción y canción explicaba su origen o significado. A lo largo de 40 minutos hizo un recorrido por el amor, recordó la influencia de los antepasados y homenajeó a su querida Buenos Aires. Quiso terminar con una canción de la cultura popular argentina que no tiene autor para reivindicar todavía más sus orígenes.

Pensamiento 24 es un grupo aragonés surgido hace muy poco pero que ya cuentan con varios conciertos y concursos a sus espaldas. De hecho, aún se encuentran sumergidos en la gira de presentación de su primer disco “Retorno Al Corazón” (2007), y su actuación se centró en los temas que incluye su debut. Su estilo posee muchas influencias del rock latinoamericano, como puede ser Maná (han ejercido de teloneros de varios grupos latinos aquí en España), destacando un gran protagonismo de los punteos de guitarra. Su exhibición fue más que correcta pero se les nota que les falta algo de fuerza para tener algo especial del que hacer gala, aunque si algo no les falta fueron ganas de hacerlo bien y de pasar un buen rato haciendo lo que más les gusta.

Aunque si hubo un grupo que salió al escenario con ganas de arrasar (a pesar del escaso público que aguantaba) fueron Los Sultans. Se trata de un grupo muy joven pero con unas tablas y una presencia escénica envidiable, destacado un carismático y desmadrado cantante. Sabiendo que poseen un potente directo ya consolidado en la escena zaragozana, esa noche quisieron hacer un show distinto, y se centraron en regalarnos versiones de las canciones y grupos que más admiran intercaladas por algunas propias. Así abrieron fuego con un tema blusero instrumental para a continuación atacar con el “Tie your mother down” de Queen”, y a partir de allí no hubo ningún momento descendente ni de relleno: Tequila (“Rock & roll en la plaza del pueblo””), Los Bravos (“Los Chics con las chicas”), Los Beatles (Twist and shout). Todas ellas ejecutadas con una fuerza tremenda. Las suyas no se quedaron atrás, “Hey Mama”, es un estupendo ejercicio de rock sucio y “You and me” es un interesante tema con influencias reggae. Para cerrar recurrieron a la banda que mejor ejemplificó en rock and roll en los 60, los Rolling Stones, con su tema “Jumpin’ Jack Flash”. Muy a seguirles de cerca.

Concierto de Sed, Corpore y Armenian

El IV Festival de Nuevo Metal de Zaragoza cerró su ciclo el pasado 17 de abril y el balance no puede ser más positivo, la asistencia ha sido bastante alta y el nivel mostrado ha sido destacable. En su última jornada (otra vez en jueves, y la sala Reset) se volvió a repetir el éxito de público.

Los encargados de abrir la noche fueron SED, un grupo surgido a comienzos de 2005 pero que en poco tiempo ya han ganado algún concurso en nuestra ciudad y han podido telonear a grupos de cierta repercusión mediática como Pignoise. Su propuesta se aleja de las coordenadas más duras de este ciclo y se centra más en las melodías cantadas en español y con unas influencias más variadas que van desde Foo Fighters a Sepultura, aunque si hay un grupo al que recuerdan es a Sober. A la hora de demostrarlo en directo no hubo muchas sorpresas, muy buen oficio, sección rítmica muy potente y una actitud desafiante, sin embargo no consiguieron conectar con el público (que no estuvo especialmente dinámico) hasta pasada la mitad de la actuación. Los mejores momentos llegaron cuando invitaron al escenario a los cantantes de los otros dos grupos participantes en una especie de improvisación en la recta final de su actuación.

La imagen que proyectan los grupos de este tipo de música no suele ser muy elaborada, pero Corpore son una excepción y salieron al escenario impecablemente uniformados: pantalón negro y camisa roja, corbata y raya en los ojos es su vestimenta oficial. Al igual que SED, muestran una mayor variedad de influencias en su estilo, pero se diferencian en unos ritmos más rápidos y variados, y sobre todo por un cantante más aficionado a gritar. También a ellos les costó mucho ganarse a unos espectadores perezosos y estáticos, que no reaccionaron hasta la segunda mitad del concierto, especialmente cuando interpretaron una metálica versión de “Go” de Pearl Jam”. Es de agradecer el apoyo y buen entendimiento que hubo entre las bandas y para devolver el favor de la colaboración de antes, volvieron a subir a las tablas los 3 cantantes. Solo les pusieron una condición: ellos también debía llevar camiseta roja por lo menos.

De toda la hornada de un-metal que arrasaron con el mercado mundial a principios de  de esta década, pocos son los que tuvieron mayor repercusión de lo estrictamente mercantil, pero si hubo un grupo que mereció la pena de esa época, fueron los americanos (varios de origen armenio) System Of A Down. Armeniam nacieron como una banda tributo de esta banda pero ya han comenzado a desarrollar una carrera propia aunque no muy alejado de los postulados de sus maestros. También ellos cuidan mucho su imagen y salieron al escenario con la cara pintada de una forma muy carnavalesca y llamativa. Comenzó su show con unos riffs entrecortados adornados con una risa maquiavélica del cantante (muy parecido a lo que hacía Mike Patton con Faith No More. ¿Cuándo se les valorará como se merecen?), y por fin los presentes parece que se despertaron y comenzó a haber movimiento en las primeras filas. No obstante, fue la mejor actuación de la noche, muy potente y rica en matices. Y sí, hubo invitación a los demás grupos, aunque en esta ocasión para regalarnos una magnífica versión de SOAD.  Gran ovación por los presentes y los miembros del grupo se despidieron con un sentido agradecimiento.

Concierto de Noion, Ewah y Jodío Loco Sucio

 

La segunda jornada del IV Festival de Música Metal de Zaragoza contó con un considerable aumento de afluencia y la Sala Reset se volvió a llenar de una gran variedad de público, aunque el número de camisetas negras y pelos largos fue mayor que la cita anterior. El recinto continua siendo un lugar ideal para escuchar conciertos de estas características, ya que posee un gran equipo de sonido (el volumen creo que estaba incluso más alto que en otras ocasiones), pero cuando el aforo es excesivo, si no coges buen sitio en el centro de la pista pierdes un poco de visibilidad. De hecho, muchos fueron los que vieron el evento desde las escaleras de la entrada, para disfrutarlo mejor y además evitar la violencia que se creó a pie de escenario.

 

Noion, un grupo formado en Zuera hace un par de años, fueron los encargados de abrir la noche. Su propuesta es un metal enérgico y potente pero muy influenciado por el funky (en la línea de Faith No More), con un cantante que grita, rapea o se pone melódico de una forma muy convincente. Desde el primer tema salieron con ganas de pasarlo bien, y ellos eran los que no paraban de moverse y saltar por el escenario, pero el público aún estaba un poco frío, lo que llevó al enfado de su cantante. Al final, lo logró, pero no sin esfuerzo. Tanto se ganó al público que no pararon de pedirle que les hiciera “un calvo” (algo que por lo visto sí que debe regalar en otras ocasiones) pero él muy amablemente declinó la propuesta. Muy divertidos.

 

Los momentos más duros, extremos y experimentales llegaron de la mano de Ewah. La verdad es que no entendí ni una sola de sus letras, aunque con títulos como “El Club De La Lucha”, “Indigestión” o “El Rostro Del Ansia” ya se ve por donde andan los tiros. Pero lo importante es cómo transforman ese sentimiento en música: una base rítmica atronadora, unas guitarras claustrofóbicas y un cantante con una voz desesperada y cabreada. El momento cumbre llegó cuando invitaron a cantar a un antiguo miembro del grupo y se enfrascaron en un espectacular duelo de gritos (algo que haría las delicias del mismísimo Mike Patton). Toda esa violencia del escenario se trasladó a las primeras filas y los pogos y los empujones no se hicieron esperar. Su cantante en plena euforia se mezcló entre el público y se recorrió toda la sala empujando a los que encontró en su camino, para posteriormente ser levantado en brazos por varios de sus fans. Fue un concierto espectacular pero no recomendable para oídos sensibles. Aunque no todo fue rabia y agresividad, al acabar su actuación por los altavoces sonó la mítica canción de “La Vida de Brian”, "Always Look on The Bright Side Of Life". Y es que la vida a veces puede ser maravillosa.

 

Después de semejante tempestad, el público se volvió a acercar sin miedo al escario para escuchar a Jodío Loco Sucio. Se trata de un trío con una larga trayectoria en la escena underground estadounidense y con cierta repercusión en el Caribe, de donde son dos de sus miembros originarios. El cantante y guitarrista es Leo Susana, conocido por estas tierras como el nuevo miembro del famoso grupo de humor “Pututtú de Fua”; a la batería se sienta la portentosa Gigi Cano, que hizo una actuación impresionante  y más teniendo en cuenta sus pequeñas proporciones; y cierra la formación al bajo el zaragozano Marce Marco. Ellos tres se bastaron para lograr un concierto dinámico y potente en el que mezclaban composiciones metaleras con otras más rockeras. Las letras, como no podía ser de otra manera, mezclaban sentido del humor con mensajes reivindicativos (en algunos momentos recordaban a Molotov) con temas como “Ah, Los Dictadores” o “Maco Jones”. Sin duda fue la actuación que más disfrutó los allí presentes, de hecho, fueron los únicos que regalaron varios bises. Entre ellos dos simpáticas versiones de Judas Priest (Breaking The Law”) y de AC/DC (“Highway To Hell”). El trío se sintió tan cómodo que sobrepasaron su horario de actuación, y aunque al final de cada composición decían que era la última, a continuación arrancaban con una nueva. A nadie le pareció mala idea.

 

Concierto de Skator, Nathenothing y Bothsides

 

El jueves 3 de abril comenzó la IV edición del Festival Nuevo Metal de Zaragoza para deleite de los que buscan los sonidos más duros y extremos del rock. La cita fue en la Sala Reset, que vuelve a apostar por este estilo de música para sus conciertos y se convierte en una de los recintos especializados en el rock duro. La respuesta, teniendo en cuenta que era jueves, fue más que positiva, unas 150 personas. Destacable fue la ausencia del prototipo heavy (pelo largo, pantalón pitillo…), y la gran variedad de espectadores que asistieron al evento fue la nota dominante.

 

 Los encargados de abrir el festival fueron el grupo Skator, directos herederos del sonido trash de los 80 (de hecho el cantante y guitarra rítmica era casi un clon del Kirk Hammett de Metallica de aquellos tiempos). Llevan muy poco tiempo tocando juntos, así que de momento sus actuaciones se componen de versiones de la banda de culto Kreator. Muchas ganas había entre el público por escucharlos: a la primera canción ya se alzaban cuernos al aire, y con la segunda ya se formaron los primeros pogos. Aunque esa emoción por suerte, se suavizó a lo largo de la actuación. Desplegaron una ejecución perfecta, y más teniendo en cuenta la celeridad con la que lo realizaron, algo fundamental para este estilo de música. La única pega que tuvo fue que la guitarra solista a penas se pudo escuchar y esos punteos a la velocidad de la luz perdieron eficacia. Para acabar su espectáculo lo hicieron de la mejor manera posible, con la que es probable la gran canción del metal: “Angel Of Death” (“Reign In Blood” 1986) de Slayer, y lo que es mejor, consiguieron tocarla a la misma endiablada rapidez. Mucho respeto ante esto.

 

Continuaron la sesión, Nathenothing (divertido juego de palabras), un grupo que deja de lado la vertiente más trash y se centra en los sonidos metaleros más pesados, casi ausencia de solos, y un cantante con una voz gutural que daba miedo (no menos miedo daba él dadas sus dimensiones). Nada más salir ya dio orden que aquello no podía seguir así de parado y exigió que la gente se moviese. No pudo ser. Desde el comienzo tuvieron problemas con las cuerdas de la guitarra y se vieron obligados a interrumpir su actuación en dos ocasiones, algo que no ayudó a darle que la gente centrase en su propuesta. Ya en la recta final, se recuperaron de todos los problemas y su energía comenzaba a hacer mella en los presentes, lástima que en ese momento llegase el final de su tiempo. Muchos se quedaron con las ganas.

 

Volviendo a la estética de la que ha hablado antes, Bothside es un grupo que su imagen más parecen un combo de pop que otra cosa, pero en el momento que subieron a las tablas y tocaron las primeras notas, la cosa cambio radicalmente. Si los primeros apostaban por el trash, los segundos por el metal, estos se centraron en la vertiente más hardcore, unas guitarras más afiladas, cambios de ritmos más marcados, voz mucho más gritona, además de una actitud más punk (casi todas sus canciones iban dedicadas a alguien con muy mala baba). Al igual que el resto de los grupos anteriores, su cantante no dejó de animar a los allí presentes para que bailasen y cantasen con ellos, y no dudó en bajarse del escenario cuantas veces hiciera falta para mezclarse entre el público. Cuando por fin estaba llegando el concierto a su momento álgido, de repente, su actuación termino, para desconcierto para los que estábamos allí. De todas maneras, una brillante actuación que cerró esta primera jornada y dejó un buen sabor de boca.

 

Concierto de Señorita Evans, Nubosidad Variable y Bloody Marys (28-3-08)

 

 

Expectación. Esa es la palabra que mejor define los momentos previos a la celebración de los conciertos en el Centro Cívico de la Universidad. Y es que eran muchas las ganas por ver la vuelta a los escenarios de los Bloody Marys’s, y no es que el resto de grupos no estuvieran a la altura (porque ya han demostrado también su enorme valía), pero es que 6 años apartados de los escenarios, son muchos años. Eso se notó desde primeras horas de la noche, en la que hubo más gente que cualquier otro día, de hecho en el momento álgido del evento (cuando se juntó todo el público de los 3 grupos) se sobrepasarían las más de 300 personas.

Señorita Evans es un grupo formado muy recientemente, pero están lejos de ser unos músicos novatos, puesto que ya llevaban varios años consolidados en la escena aragonesa con su grupo A Mala Gana. Este fue su segundo concierto tras el ofrecido en la Fiesta de San Pepe en el Parque de Atracciones de Zaragoza (en el que hicieron el mismo set), por lo que también ellos arrastraron a varios seguidores curiosos. Presentaron varias de sus nuevas composiciones como “Los Suicidas” o “Mala Fortuna”, que siguen los pasos de rock americano de su anterior proyecto. Por ese camino es por donde discurrió la mayor parte de la actuación aunque también hubo momentos de explosión al más puro estilo power pop. La mayoría de los nuevos temas fueron muy bien recibidos, pero como tienen un pasado muy reciente, no se olvidaron de ofrecer a su público temas de A Mala Gana, como “Madrid” o “El Blues Del Ambrosío”. Siguen estando en buena forma tras su lavado de cara.

 

 

Otros que están de celebración son Nubosidad Variable, pero estos por llevar 10 años sin bajarse de los escenarios (aunque al día siguiente lo celebraron por todo lo alto en la Sala Oasis). Hace 15 años, cuando comenzaba a escuchar música, me preguntaba cual sería el sonido de los 90 que quedaría para la posteridad, y ahora que ya ha pasado el tiempo suficiente para verlo desde una buena perspectiva, podría decir que el directo de estos cuatro zaragozanos, es un buen resumen de aquello. “Basket Latex” (con la que abrieron), la podrían haber firmado los Radiohead de la época de “The Bends”; “Final Times” es un temazo digno de Mogwai; y “Orbita” es una pegadiza canción del mejor power-pop con unas guitarras a lo U2. Pero no sería justo reducir su propuesta a una buena combinación de grandes grupos. Han logrado trascender a todas sus influencias y crear un sonido muy propio, además, su concierto fue magnífico de principio a fin. Los allí presentes así lo sintieron, y se notó en todo momento su apoyo. Aunque una de las claves, sin duda, fue la fuerza con la que se comunicaba el cantante, que no dudaba en bajarse del escenario cada vez que hiciera falta para estar entre el público. Para cerrar su show echaron mano de “Oh, oh, oh” (podría ser un himno de estadios), ideal broche final, para que los fans pudieran cantarla con ellos.

 

 

Un fenómeno curioso que ha venido sucediendo, es que en estos conciertos, la primera fila no era tal. La primera fila, siempre se encontraba 1 metro delante del escenario, como si hubiera miedo por acercarse, y cuando se rompía esa barrera imaginaria era por la insistencia del cantante de turno. Sin embargo cuando los miembros de Bloody Marys hicieron acto de presencia en el escenario, todos los que aguardaban su actuación le perdieron el miedo a esa línea y se acercaron lo máximo a ellos. Eso demuestra las ganas que había de verlos. Comenzaron con dos cásicos, “When You’re Gone” y “Waiting For You”, pero a la tercera ya presentaron algo de sus nuevas composiciones, “Out Put 1-2”. El cambio más destacable: el idioma. Por fin cantan en castellano. Con “Walking Away”, una pieza muy funky, aprovecharon para presentar su nuevo bajista. A partir de ahí ya tenían a los presentes ganados, pero uno de los momentos más aplaudidos fue el magnífico final de “Cry”, con un guitarra pletórica. Se despidieron con “Moon Is Bleeding”, un tema divertido y pegadizo que podría haber formado parte de una campaña publicitaria de refrescos de finales de los 90. Al final, grandes aplausos (más que merecidos) y todos el mundo con cara de satisfacción. La única pega es que no regalaron ningún bis ,que más que nosotros, ellos se lo merecían.

 

 

IV FESTIVAL NUEVO METAL ZARAGOZA

Un año más, la escena del metal zaragozano sale a flote gracias a este festival autogestionado que llega a su cuarta edición. En el escenario de la Sala Reset, y a lo largo de los días 3, 5, 10 y 17 de abril, un total de doce bandas aragonesas presentarán su directo, demostrando la buena salud del género en la capital aragonesa.

Como novedad este año y gracias a la colaboración del colectivo Aragón Musical y Zaragoza Cultural el Festival se integra dentro del ciclo de conciertos de grupos zaragozanos de Muévete en Directo.

Todos los conciertos tendrán lugar en la Sala Reset a partir de las 21 horas y con entrada libre. Además, a lo largo del festival habrá un puesto de merchandising con material de los grupos participantes.

El cartel del IV Festival Nuevo Metal es:

Jueves 3 abril: BOTHSIDES + NATHENOTHING + SKATOR
Sábado 5 abril: JODIO LOCO SUCIO + NOION + EWAH
Jueves 10 abril: REDRUM + RUIDO ROJO + C4
Jueves 17 abril: SED + CORPORE + ARMENIAN

 

 

Concierto de Muro de Berlín, Horas Perdidas y Angélida (29-3-08)

 

 

Después de una noche de bandas consagradas (el retorno de Bloody Marys), al día siguiente se volvió al Centro Cívico de la Estación del Norte para apoyar a las bandas que están surgiendo en estos momentos. La gran diferencia de esta noche fue que entre algunos grupos no surgieron unas buenas relaciones y se pudo apreciar cuando uno de los grupos echó en cara a otro en pleno concierto cierto asunto. Creo que no es el lugar indicado para arreglar los problemas personales. De todas maneras, en la sala durante los conciertos entre el público reinó la tranquilidad y fue una cita muy festiva con una asistencia de unas 150 personas en total.

 

El ciclo ya casi está llegando a su fin, y una de las conclusiones que se pueden sacar es que el rock canalla (estilo Pereza) tiene un gran tirón en las bandas jóvenes. El Muro de Berlín se podría incluir en ese tipo de grupos. Salieron al escenario ya con chulería, con ganas de divertir a la gente y dejar contentas a sus chicas (mucho público femenino se congregó). Entre una canción y otra el cantante se encargó de explicar de qué tratan las letras de sus composiciones, que por supuesto, la mayoría son de ese tema universal que es el amor (“Hoy Te Quiero Pero Mañana No”), y de ese ser desconocido que es la mujer (Adicto A Ti”). Como músicos se mostraron muy solventes, pero fue una lástima que en ocasiones estuvieran más pendientes de con que postura posar que en tocar sus instrumentos (estaban siendo grabados en vídeo). De hecho, el guitarrista tuvo problemas con el cable, que se le enredó de tanto moverse. Pero de tanto insistir en animar a los asistentes, en la recta final con “Toca Despertar” consiguió que gran parte del recinto les hiciese los coros y las palmas.

 

Con unos parámetros parecidos, pero más rápidos, sucios y con menos aspavientos, se encuentra el grupo Las Horas Perdidas. Al inicio de su actuación el centro cívico se había vaciado considerablemente, pero ellos lejos de desanimarse, intentaron sacar lo mejor de sí. A partir de la tercera canción “Naufragar”, la cosa comenzó a mejorar y el aforo fue ganando en número y los ánimos de la gente crecieron. Para asegurarse el éxito recurrieron a uno grupo muy de moda en Zaragoza: Los Piratas. Seguramente la inminente visita del gallego Iván Ferreiro tenga algo que ver. Ya en la recta final, con sus fans completamente entregados, invitaron a Javi Martelli (este no se pierde una) a cantar con ellos “Septiembre” y a su antigua teclista (que se llevó una gran ovación) para acompañarles en el cierre con “M”.

 


No soy un gran experto en metal gótico (tipo Nightwish o, para los no muy duchos en este mundo, Evanescense), pero puede decir que Angélida sonaron como mandan los cánones: un bajo atronador, una guitarra afiladísima, uno teclado cargadode siniestras melodías, un batería con doble bombo a toda pastilla y, por supuesto, una hermosa voz de mujer. A pesar de la arriesgada propuesta, muchos se acercaron a escucharlos (además de edades muy variadas), aunque la cara estupor de gran parte del público fue digna de ver. Desde luego, no fue unos de los conciertos en los que más se vio bailar a los asistentes, pero su actuación fue aplastante y muy convincente. No hubo casi ningún momento de respiro, sólo bajaron las revoluciones para interpretar su tema más lento “Nanas”. En ese momento aprovecharon para pedir perdón por los problemas con uno de los grupos. Esperemos que siga presente el buen ambiente que viene reinando en estos conciertos. Tal y como están las cosas los grupos deben unirse y luchar contra sus problemas, que no son pocos.

Concierto de XDay, The Jeaulous Lovers y Decalles (27-3-08)

 

 

El que se pasase por el Centro Cívico de la Estación del Norte se llevaría la alegría de ver que la cantera de los grupos zaragozanos está en plena ebullición. De los tres grupos que tocaban aquella noche, no creo que ninguno de todos los miembros sobrepasara la veintena (ni si quiera las 18). Además se subió al escenario unos de los músicos más jóvenes de la ciudad: Jaime, guitarrista de Xday con tan solo 12 años de edad recién cumplidos. Es una suerte que personas tan novatas tengan la oportunidad de enfrentarse a un público. Un público, que por supuesto, era familiares y amigos cercanos, pero también fueron muchos los que se acercaron por curiosidad. Además, a medida que avanza este ciclo de música, mucha gente hace acto de presencia asiduamente (sobre todo grupos que ya han actuado o lo harán) para descubrir nuevos talentos. Al buen aforo registrado, hay que añadir la dificultad de tratarse de un jueves laboral.

 

 

Xday pueden decir con orgullo que son el grupo de rock más joven de Aragón, con unos componentes que tienen 12, 14 y 16 años. Todo un record. De momento, no se han decidido a crear sus propios temas, así que su actuación se centró en versiones de los grupos que les gustan (la mayoría punk-rock de nuestro tiempo). Al comienzo de la noche el público estaba curioso por ver que eran capaces, pero aún eran muchos los que lo presenciaban sentados desde el suelo. Arrancaron un tanto fríos con una canción de Sum 41, pero al poco rato entraron en calor y estuvieron más acertados con Red Hot Chili Peppers y Green Day. Los presentes entonces se dieron cuenta que estos tres chavales iban en serio, y ya se levantaron y acercaron a verles más de cerca. Al trío se le podía ver emocionado y varias de sus canciones se las dedicaron a su familia: “Vertigo”, de U2, a su padre; y “Californication” de Red Hot a su madre. En resumen, a parte de la anécdota de su edad, el concierto fue muy entretenido, ejecutado con una habilidad asombrosa. Al final, ya completamente eufóricos bordaron “Monkey Wrench” de Foo Fighters. Ahora a esperar a ver de lo que son capaces como compositores.

 

 

El relevo lo cogieron The Jeaulous Lovers, un grupo que se formó a comienzos del año pasado, pero que ya se han lanzado a grabar su propia maqueta. Su estilo es un rock tirando a canallesco, que no defraudó a los que fueron a pasar un buen rato (en las primeras filas muchos de sus seguidores no dejaron de corear sus juveniles letras).También ellos se sintieron muy bien arropados y no dejaron agradecer la asistencia a algunas de las personas que más les estaban apoyando en sus comienzos. Para animar aún más la sala, regalaron ese gran hit que es “Are You Gonna Be My Girl” de Jet. Pero la gran ovación se la llevó su batería cuando salió al medio del escenario a tocar el cajón y posteriormente a cantar el tema “Mano Amiga” a la guitarra (con una voz muy Bunbury). Un carisma innato, vamos.

 


Decalles, también es un grupo muy joven, pero que a diferencia de los demás ya están muy rodados (dos de sus miembros son los componentes de “Los Martelli”). El grupo se formó apenas hace dos años, pero se les nota que ya se encuentran muy cómodos subidos a unas tablas. El cantante, pletórico desde el comienzo del show, animó con una facilidad pasmosa a todo el público. Todo a base de una gran personalidad, buena voz, desparpajo y todo lo que hace falta para ser un auténtico líder. La banda no se quedó atrás, sobre todo el magnífico guitarrista solista que nos regaló unos punteos dignos del mejor rock &roll. El concierto pasó en un suspiro, en parte a que tocaron a tal velocidad que se quedaron largos de tiempo (su cantante reconoció alegremente que fue debido a las copas…). No hubo momentos bajos, ni en sus composiciones (“Hasta Nunca Soledad), ni en las versiones (“Mucho Mejor”, de los Rodríguez). Es digno de destacar su pequeño homenaje a esa persona fundamental de la música de aquí, Mauricio Aznar, con la canción “La Rosa Equivocada”. No he visto en directo a Ariel Roth, pero me imagino que su banda no sonará muy distinta a estos cinco amantes del rock.