Concierto de René, Alice y Sustancia.
Para acabar el mes de febrero, este ciclo de música aragonesa tuvo la suerte de contar con tres bandas zaragozanas que no suelen tocar en nuestras salas: René, Alice y Sustancia. Y como viene siendo habitual, la respuesta de público fue más que positiva.
René es una formación pop-rock que nació en Zaragoza y que ganaron un concurso de la FNAC que les llevó por toda España. Pero su cantante y líder, se trasladó a Madrid a ampliar sus estudios de música. Allí resucitó a su grupo y lograron alzarse con el premio de mejor grupo de pop del concurso “Quédate con la música”. El concierto que ofrecieron el pasado sábado fue un resumen de sus múltiples facetas: rock (“Pronto Me Veras”), pop bailable (“Salgamos a Bailar”) e incluso experimentos zarzuela-pop (“Solo Puedo Ir a Peor”). En los dos primeros estilos se mostraron realmente divertidos, pero si sorprendieron fue por esas hermosas piezas al piano interpretadas en la parte central de su actuación. En ese momento mostraron su faceta más íntima y melancólica (“Quiero Saber Por Qué Estoy Triste”), pero ejecutado de una manera muy personal y original. Por supuesto, no se olvidaron de sus influencias y recurrieron al “Lady Madonna” de los Beatles. Ya en la recta final, apretaron el acelerador otra vez, demostrando además,una gran energía y versatilidad. Que nos visiten más.
En una situación parecida a la de René se encuentran Alice. Un grupo surgido a principios del 2000 y que también ganó algún concurso en nuestra ciudad, pero que por motivos profesionales de sus miembros, ya que viven en una ciudad distinta, no pueden ofrecer conciertos más que en fechas navideñas (ya se sabe, todo el mundo vuelve a casa por navidad) o citas puntuales. Su estilo es una mezcla sin complejos de rock sinfónico, pop o electrónica, adornado con unas letras (que según ellos es obligatorio escuchar para una comprensión total de sus canciones) poéticas, melancólicas y comprometidas. Por su puesto, en un grupo tan ambicioso, su show no podía ser cualquier cosa: maquillaje, purpurina, trajes galácticos (muy parecidos a los Antony & the Johnsons), obras artísticas en el escenario… todo lo que sea para reforzar su propio universo. Y en lo músical no se quedaron atrás, hasta 8 músicos en las tablas con trombones y chelos incluidos. El resultado fue magnífico, por suerte no abusaron de los recursos sinfónicos, y los dosificaron sabiamente para los momentos álgidos de la actuación. Una propuesta que no dejó indiferente a nadie, pero los que presenciaron el espectáculo entero se fueron con la sensación de haber visto algo muy especial.
Después de este despliegue de medios, volvió la austeridad sobre el escenario y salieron a cerrar la noche Sustancia. La historia se repite: fundador del grupo se muda a vivir a Madrid y allí desarrolla si carrera con escasas visitas a Zaragoza. Aunque en este caso se trata de un grupo más modesto, ni zarzuela, ni trombones, ni violines. Aquí solo hay batería, guitarra y bajo. Sin adornos. Su estilo es un pop-rock tirando a alternativo sin mucho novedad, las composiciones no es que aporten nada nuevo al estilo, y sus letras ya las hemos escuchado antes. Sin embargo, la cosa funcionó, y muy bien además. ¿Y cómo es que lo consiguieron? Pues gracias a la jeta que le echaron y las buenas tablas del cantante. Se notaba que ellos se lo estaban pasando en grande, y a partir de “Mujeres”, contagiaron su diversión al público. E incuso invitaron a los coros al cantante de René y a su antiguo guitarrista. Al final lograron lo que ellos querían: que la gente pasase un buen rato y bailase sus canciones. Que no es poco.
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