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Música Con Criterio

Concierto de Señorita Evans, Nubosidad Variable y Bloody Marys (28-3-08)

 

 

Expectación. Esa es la palabra que mejor define los momentos previos a la celebración de los conciertos en el Centro Cívico de la Universidad. Y es que eran muchas las ganas por ver la vuelta a los escenarios de los Bloody Marys’s, y no es que el resto de grupos no estuvieran a la altura (porque ya han demostrado también su enorme valía), pero es que 6 años apartados de los escenarios, son muchos años. Eso se notó desde primeras horas de la noche, en la que hubo más gente que cualquier otro día, de hecho en el momento álgido del evento (cuando se juntó todo el público de los 3 grupos) se sobrepasarían las más de 300 personas.

Señorita Evans es un grupo formado muy recientemente, pero están lejos de ser unos músicos novatos, puesto que ya llevaban varios años consolidados en la escena aragonesa con su grupo A Mala Gana. Este fue su segundo concierto tras el ofrecido en la Fiesta de San Pepe en el Parque de Atracciones de Zaragoza (en el que hicieron el mismo set), por lo que también ellos arrastraron a varios seguidores curiosos. Presentaron varias de sus nuevas composiciones como “Los Suicidas” o “Mala Fortuna”, que siguen los pasos de rock americano de su anterior proyecto. Por ese camino es por donde discurrió la mayor parte de la actuación aunque también hubo momentos de explosión al más puro estilo power pop. La mayoría de los nuevos temas fueron muy bien recibidos, pero como tienen un pasado muy reciente, no se olvidaron de ofrecer a su público temas de A Mala Gana, como “Madrid” o “El Blues Del Ambrosío”. Siguen estando en buena forma tras su lavado de cara.

 

 

Otros que están de celebración son Nubosidad Variable, pero estos por llevar 10 años sin bajarse de los escenarios (aunque al día siguiente lo celebraron por todo lo alto en la Sala Oasis). Hace 15 años, cuando comenzaba a escuchar música, me preguntaba cual sería el sonido de los 90 que quedaría para la posteridad, y ahora que ya ha pasado el tiempo suficiente para verlo desde una buena perspectiva, podría decir que el directo de estos cuatro zaragozanos, es un buen resumen de aquello. “Basket Latex” (con la que abrieron), la podrían haber firmado los Radiohead de la época de “The Bends”; “Final Times” es un temazo digno de Mogwai; y “Orbita” es una pegadiza canción del mejor power-pop con unas guitarras a lo U2. Pero no sería justo reducir su propuesta a una buena combinación de grandes grupos. Han logrado trascender a todas sus influencias y crear un sonido muy propio, además, su concierto fue magnífico de principio a fin. Los allí presentes así lo sintieron, y se notó en todo momento su apoyo. Aunque una de las claves, sin duda, fue la fuerza con la que se comunicaba el cantante, que no dudaba en bajarse del escenario cada vez que hiciera falta para estar entre el público. Para cerrar su show echaron mano de “Oh, oh, oh” (podría ser un himno de estadios), ideal broche final, para que los fans pudieran cantarla con ellos.

 

 

Un fenómeno curioso que ha venido sucediendo, es que en estos conciertos, la primera fila no era tal. La primera fila, siempre se encontraba 1 metro delante del escenario, como si hubiera miedo por acercarse, y cuando se rompía esa barrera imaginaria era por la insistencia del cantante de turno. Sin embargo cuando los miembros de Bloody Marys hicieron acto de presencia en el escenario, todos los que aguardaban su actuación le perdieron el miedo a esa línea y se acercaron lo máximo a ellos. Eso demuestra las ganas que había de verlos. Comenzaron con dos cásicos, “When You’re Gone” y “Waiting For You”, pero a la tercera ya presentaron algo de sus nuevas composiciones, “Out Put 1-2”. El cambio más destacable: el idioma. Por fin cantan en castellano. Con “Walking Away”, una pieza muy funky, aprovecharon para presentar su nuevo bajista. A partir de ahí ya tenían a los presentes ganados, pero uno de los momentos más aplaudidos fue el magnífico final de “Cry”, con un guitarra pletórica. Se despidieron con “Moon Is Bleeding”, un tema divertido y pegadizo que podría haber formado parte de una campaña publicitaria de refrescos de finales de los 90. Al final, grandes aplausos (más que merecidos) y todos el mundo con cara de satisfacción. La única pega es que no regalaron ningún bis ,que más que nosotros, ellos se lo merecían.

 

 

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