Concierto de Sed, Corpore y Armenian
El IV Festival de Nuevo Metal de Zaragoza cerró su ciclo el pasado 17 de abril y el balance no puede ser más positivo, la asistencia ha sido bastante alta y el nivel mostrado ha sido destacable. En su última jornada (otra vez en jueves, y la sala Reset) se volvió a repetir el éxito de público.
Los encargados de abrir la noche fueron SED, un grupo surgido a comienzos de 2005 pero que en poco tiempo ya han ganado algún concurso en nuestra ciudad y han podido telonear a grupos de cierta repercusión mediática como Pignoise. Su propuesta se aleja de las coordenadas más duras de este ciclo y se centra más en las melodías cantadas en español y con unas influencias más variadas que van desde Foo Fighters a Sepultura, aunque si hay un grupo al que recuerdan es a Sober. A la hora de demostrarlo en directo no hubo muchas sorpresas, muy buen oficio, sección rítmica muy potente y una actitud desafiante, sin embargo no consiguieron conectar con el público (que no estuvo especialmente dinámico) hasta pasada la mitad de la actuación. Los mejores momentos llegaron cuando invitaron al escenario a los cantantes de los otros dos grupos participantes en una especie de improvisación en la recta final de su actuación.
La imagen que proyectan los grupos de este tipo de música no suele ser muy elaborada, pero Corpore son una excepción y salieron al escenario impecablemente uniformados: pantalón negro y camisa roja, corbata y raya en los ojos es su vestimenta oficial. Al igual que SED, muestran una mayor variedad de influencias en su estilo, pero se diferencian en unos ritmos más rápidos y variados, y sobre todo por un cantante más aficionado a gritar. También a ellos les costó mucho ganarse a unos espectadores perezosos y estáticos, que no reaccionaron hasta la segunda mitad del concierto, especialmente cuando interpretaron una metálica versión de “Go” de Pearl Jam”. Es de agradecer el apoyo y buen entendimiento que hubo entre las bandas y para devolver el favor de la colaboración de antes, volvieron a subir a las tablas los 3 cantantes. Solo les pusieron una condición: ellos también debía llevar camiseta roja por lo menos.
De toda la hornada de un-metal que arrasaron con el mercado mundial a principios de de esta década, pocos son los que tuvieron mayor repercusión de lo estrictamente mercantil, pero si hubo un grupo que mereció la pena de esa época, fueron los americanos (varios de origen armenio) System Of A Down. Armeniam nacieron como una banda tributo de esta banda pero ya han comenzado a desarrollar una carrera propia aunque no muy alejado de los postulados de sus maestros. También ellos cuidan mucho su imagen y salieron al escenario con la cara pintada de una forma muy carnavalesca y llamativa. Comenzó su show con unos riffs entrecortados adornados con una risa maquiavélica del cantante (muy parecido a lo que hacía Mike Patton con Faith No More. ¿Cuándo se les valorará como se merecen?), y por fin los presentes parece que se despertaron y comenzó a haber movimiento en las primeras filas. No obstante, fue la mejor actuación de la noche, muy potente y rica en matices. Y sí, hubo invitación a los demás grupos, aunque en esta ocasión para regalarnos una magnífica versión de SOAD. Gran ovación por los presentes y los miembros del grupo se despidieron con un sentido agradecimiento.
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