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Música Con Criterio

Concierto de Noion, Ewah y Jodío Loco Sucio

 

La segunda jornada del IV Festival de Música Metal de Zaragoza contó con un considerable aumento de afluencia y la Sala Reset se volvió a llenar de una gran variedad de público, aunque el número de camisetas negras y pelos largos fue mayor que la cita anterior. El recinto continua siendo un lugar ideal para escuchar conciertos de estas características, ya que posee un gran equipo de sonido (el volumen creo que estaba incluso más alto que en otras ocasiones), pero cuando el aforo es excesivo, si no coges buen sitio en el centro de la pista pierdes un poco de visibilidad. De hecho, muchos fueron los que vieron el evento desde las escaleras de la entrada, para disfrutarlo mejor y además evitar la violencia que se creó a pie de escenario.

 

Noion, un grupo formado en Zuera hace un par de años, fueron los encargados de abrir la noche. Su propuesta es un metal enérgico y potente pero muy influenciado por el funky (en la línea de Faith No More), con un cantante que grita, rapea o se pone melódico de una forma muy convincente. Desde el primer tema salieron con ganas de pasarlo bien, y ellos eran los que no paraban de moverse y saltar por el escenario, pero el público aún estaba un poco frío, lo que llevó al enfado de su cantante. Al final, lo logró, pero no sin esfuerzo. Tanto se ganó al público que no pararon de pedirle que les hiciera “un calvo” (algo que por lo visto sí que debe regalar en otras ocasiones) pero él muy amablemente declinó la propuesta. Muy divertidos.

 

Los momentos más duros, extremos y experimentales llegaron de la mano de Ewah. La verdad es que no entendí ni una sola de sus letras, aunque con títulos como “El Club De La Lucha”, “Indigestión” o “El Rostro Del Ansia” ya se ve por donde andan los tiros. Pero lo importante es cómo transforman ese sentimiento en música: una base rítmica atronadora, unas guitarras claustrofóbicas y un cantante con una voz desesperada y cabreada. El momento cumbre llegó cuando invitaron a cantar a un antiguo miembro del grupo y se enfrascaron en un espectacular duelo de gritos (algo que haría las delicias del mismísimo Mike Patton). Toda esa violencia del escenario se trasladó a las primeras filas y los pogos y los empujones no se hicieron esperar. Su cantante en plena euforia se mezcló entre el público y se recorrió toda la sala empujando a los que encontró en su camino, para posteriormente ser levantado en brazos por varios de sus fans. Fue un concierto espectacular pero no recomendable para oídos sensibles. Aunque no todo fue rabia y agresividad, al acabar su actuación por los altavoces sonó la mítica canción de “La Vida de Brian”, "Always Look on The Bright Side Of Life". Y es que la vida a veces puede ser maravillosa.

 

Después de semejante tempestad, el público se volvió a acercar sin miedo al escario para escuchar a Jodío Loco Sucio. Se trata de un trío con una larga trayectoria en la escena underground estadounidense y con cierta repercusión en el Caribe, de donde son dos de sus miembros originarios. El cantante y guitarrista es Leo Susana, conocido por estas tierras como el nuevo miembro del famoso grupo de humor “Pututtú de Fua”; a la batería se sienta la portentosa Gigi Cano, que hizo una actuación impresionante  y más teniendo en cuenta sus pequeñas proporciones; y cierra la formación al bajo el zaragozano Marce Marco. Ellos tres se bastaron para lograr un concierto dinámico y potente en el que mezclaban composiciones metaleras con otras más rockeras. Las letras, como no podía ser de otra manera, mezclaban sentido del humor con mensajes reivindicativos (en algunos momentos recordaban a Molotov) con temas como “Ah, Los Dictadores” o “Maco Jones”. Sin duda fue la actuación que más disfrutó los allí presentes, de hecho, fueron los únicos que regalaron varios bises. Entre ellos dos simpáticas versiones de Judas Priest (Breaking The Law”) y de AC/DC (“Highway To Hell”). El trío se sintió tan cómodo que sobrepasaron su horario de actuación, y aunque al final de cada composición decían que era la última, a continuación arrancaban con una nueva. A nadie le pareció mala idea.

 

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