Editorial sobre la base de la OTAN
Zaragoza es una firme candidata para albergar la próxima sede de la OTAN para controlar las tropas terrestres. En caso de adjudicarse, se han prometido 4000 nuevos puestos de trabajo y la ventaja de disponer de nueva tecnología. Sin embargo, el oscurantismo que se está transmitiendo y la poca atractiva idea de que nuestra capital se convierta en un objetivo militar, está provocando un rechazo en los zaragozanos.
Pasan los días y la población de Zaragoza sigue sin saber que nos podría traer la base de la OTAN. Sólo por medio de averiguaciones realizadas por Heraldo de Aragón y otros medios de comunicación hemos podido conocer detalles más concretos. Según datos del Ministerio de Defensa, en realidad los empleos directos serán 2000, y estarán ocupados por personal altamente especializado que enviarían los países de la OTAN. Para los aragoneses quedarían unos 1000 empleos indirectos y de baja cualificación, como camareros o limpiadores. Las falsedades vertidas en este tema, son un ejemplo perfecto del engaño que se está perpetrando para convencer a la opinión pública. El Gobierno debería mostrar todos los informes y datos a los ciudadanos, y una vez explicado convincentemente, ser el pueblo el que decida con libertad. No se puede permitir que prevalezcan los intereses de otros sobre los nuestros, que seríamos quienes lo vamos a pagar.
A favor de la futura base se encuentran el PP, PSOE y PAR, que argumentan que aumentaría la seguridad en Zaragoza y, que además, no podemos permitirnos el lujo de dejar escapar las inversiones y puestos de trabajo que generaría este centro. Unos argumentos, que la verdad, no se han explicado con demasiada convicción, seguramente porque ni ellos mismos lo tienen muy claro. En contra se sitúan IU y CHA que critican la poca transparencia de las gestiones y el crecimiento de servilismo que supondría la base. En estos momentos, en este proyecto pesan más los argumentos negativos que los positivos. Primero, Aragón es la comunidad con más servidumbre de defensa, y este proyecto aumentaría aún más su dependencia. Recordemos que nuestra comunidad ya posee el mayor polígono de tiro de la OTAN (Bardenas) y el mayor campo de maniobras (San Gregorio). Con esta base nos convertiríamos en el mayor centro mundial de espionaje terrestre de la alianza. Con todo esto no sería arriesgado pensar que Zaragoza se convirtiera en un objetivo militar en caso de ataque, situación que a la larga no sería productivo, pues muchas empresas extranjeras no querrían invertir en una zona conflictiva. La situación mundial no está para tonterías. Segundo, no sería adecuado para la gran apuesta económica en logística del gobierno de Iglesias. Se ha invertido una gran cantidad de dinero en las nuevas infraestructuras del aeropuerto, y ahora que se intenta relanzar, esto no resultaría beneficioso. Es lógico pensar que en caso de conflicto, la base miliar tendrá preferencia sobre el aeropuerto civil. Y tercero, como se ha apuntado antes, los puestos de trabajo prometidos ya se han rebajado a la mitad y no servirán para potenciar las universidades de aquí, ni los centros de investigación. No nos engañemos, la tecnología que nos traiga la OTAN no nos va a beneficiar, porque se va a mantener en secreto y su uso será en labores de espionaje. Poco sabremos de lo que se cuece dentro de las instalaciones, y menos de lo que harán con ella.
Nos alegramos mucho de que el ministro de defensa José Antonio Alonso y la OTAN hayan querido recompensar nuestra larga servidumbre militar. Pero hubiésemos preferido otro tipo de agradecimiento, como el nuevo Instituto Europeo de Tecnología. Así que cedemos nuestro privilegio a la otra candidata favorita, la ciudad polaca de Powdiz, que además cuenta con el beneplácito de los Estados Unidos, baza tan importante como una buena estructura técnica. Menos mal que a los zaragozanos no les han pasado estos puntos por alto, y ya están manifestando su derecho a saber la verdad.
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