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Música Con Criterio

Entrevista a Fernando Frisa

"Guille consiguió unir a todas las bandas de Zaragoza"

 

 

 

Fernando Frisa fue el cantante del grupo zaragozano Malamente, con el que grabó un único disco homónimo en 1999. Tras su disolución, por motivos no aclarados, junto al guitarrista de Malamente y otros músicos de la escena de la capital Aragonesa, formó Los Cármenes en 2003. Actualmente es el propietario del Pub Candy Warhol, en la Calle Bolonia. Durante los últimos años entabló una fuerte amistad con Guille Martín y su mujer Gabi, y se embarcaron en varios proyectos juntos. El pasado viernes 26 de enero, actuó en el concierto homenaje de su amigo Guille. Aquí nos cuenta sus experiencias.

¿Cómo conoció a Guille Martín?

A principios de 2000, Calamaro vino a Zaragoza a presentar su disco “Honestidad Brutal”, y Guille por aquel entonces era su guitarrista. Yo estuve viéndolo, y me pareció que él era el auténtico corazón de la banda, me quedé impresionado. Era como ver el nervio de Keith Richards. Anteriormente, en diciembre, yo había tocado con Bunbury como invitado en la Oasis. Y a los pocos días, en un bar que se llamaba Zoom, le vi allí, y él a mi me miraba. Se me acercó y me dijo: “Tío, el otro día te vi cantar con Bunbury. Yo soy el guitarrista de Calamaro. Me gustaría que cantases conmigo.” Me explicó que iba a hacer unos conciertos con el resto de la banda, con el nombre de “Almax Brothers” y quería que yo fuese el cantante. Comenzamos a hablar y enseguida conectamos.

¿Colaboraron en algún proyecto más?

Con el paso del tiempo nos hicimos muy amigos, y me propuso montar un grupo de versiones llamado HABA, como una manera de divertirnos. Empezamos los dos solos, pero al poco se nos fue juntando mas gente: Pedro Andreu, a la bateria y harmónica; Alan Boguslavsky, a la guitarra; Copi, en los teclados; todos ellos de Héroes del Silencio; y José Lapuente, de Dos Lunas. Nuestro local de ensayo era el ático de Pedro, donde quedábamos siempre antes para comer. El primer concierto lo hicimos en el Concierto Sentido, que llenamos gracias, en parte, a que se le dio mucha publicidad en prensa inesperadamente. Luego hicimos un par de pases en la antigua Sala Artistas. Y el final de gira fue en el Festival de Cine de Huesca, en la sala Edén, como cierre del festival. Era un show muy espontáneo de versiones temas de los 80 españoles, canciones argentinas, y algún tema extranjero, como uno de los Creedence Clearwater Revival en español. Aún guardo muchos recortes de prensa, fue muy especial porque yo, que entonces estaba con Malamente, tuve la oportunidad de conocer gracias a él a grandes músicos.

¿Después no se plantearon hacer algo más serio?

A mi me hubiese encantado, y lo pensamos muchas veces, pero Guille siempre fue un guitarrista de lujo y era muy inquieto. Necesitaba tocar con mucha gente.

¿Con qué más músicos de Zaragoza colaboró?

Es difícil decir porque se ofrecía a tocar con todo el mundo, veía un escenario y se subía a tocar. Con quien fuese. Con muchísima gente, desde grupos pequeños de aquí como los Sullivans o Cuti, a consagrados como Bunbury.

En el concierto homenaje, ¿todos los que actuaron, habían colaborado con él?

No, pero todos los que tocaron, habían estado en contacto con él en algún momento. Yo estoy seguro de que en ese concierto podría haber sido de muchas bandas de las 18 que fuimos. Se ofrecieron el triple de gente de la que actuó. Además también hubo muchos artistas importantes, que no salieron porque no cantan: pintores, escritores. Eso si, de los que debían estar, estaban todos. Bueno, falto uno: Calamaro. No sabemos realmente porque no vino, pero probablemente se encontraría de gira por Argentina. Una lástima porque para Guille fue muy importante en su carrera, y era una persona a la que echaba mucho de menos.

¿Se hizo alguna referencia a Calamaro en el concierto?

Se puso un video-clip, su último single llamado “Mi corazón en venta”. Fue un momento muy emocionante. Está grabado en las Ramblas de Barcelona, y en un momento casi inapreciable se ve a Calamaro mirando una foto, es Guille tocando la guitarra. Y en una pared aparece una pintada que pone: Guille nunca te olvidaremos.

¿Qué le parecieron las actuaciones de los distintos artistas?

Hubo artistas de primerísimo nivel, como lo son Bunbury o Amaral, que lo dieron todo. Pero lo hicieron todo por Guille. Nadie fue a lucirse, y todos sacaron su mejor repertorio posible. Tocaron con el corazón.

¿Y cómo fue el ambiente que se vivió en los camerinos?

Mira, Guille era buen rollo. Y ese fue el espíritu que hubo detrás. Toda la gente vino de verdad por él. No había rollo elitista, todos los camerinos estaban abiertos y todos hablábamos entre nosotros. Se montó una barra al fondo del pasillo donde nos juntábamos y recordábamos historias alegres de Guille, era un tipo muy ganso. Algo curioso, fue el respeto de todos los artistas a Labordeta. Un tío muy humilde. Seguramente se conocieron con Guille en el bar (risas).

¿Cuál es su valoración del concierto en general?

Se vendieron casi 6.000 entradas, y el comentario entre los amigos era: ¿de la gente que va a venir cuantos le conocieron? Mucha gente que lo conocía muy bien se quedo sin entrada. Pero lo importante es que ese público que fue por el gran cartel que había, al final se dio cuenta quién era esa guitarrista. Ha habido muchos conciertos homenaje, pero éste, desde luego, fue una cosa muy especial. Y no olvidemos que en Madrid pasó lo mismo. Nuestro propósito se cumplió de sobras.

¿Que aportó Guille a Zaragoza durante su estancia?

Hizo algo muy importante, una revolución. Antes había pequeños roces tontos entre bandas, y él consiguió que no las hubiera. No se cómo lo conseguía, pero siempre lograba que la gente se llevase bien.

¿Cómo cree que le marcó a usted como persona?

Ha sido una de las personas que más me han marcado en mi vida, una huella imborrable. Lo que mas admiraba y sigo haciéndolo, era su generosidad. No solo por como me trato a mi, sino a todo el mundo. Te hacia sentir especial. Yo recuerdo ir con Malamente a Madrid en cualquier antro de Malasaña, y Guille siempre me acompañaba a darme su apoyo. Se portó conmigo como un hermano mayor. No he conocido a nadie con el Rock and roll tan adentro. Como persona siempre estaba por encima de todos.

He escuchado que habían pensado dedicarle una calle, ¿qué hay de cierto?

Eso surgió de la emoción de hacer ver al ayuntamiento lo que este hombre había hecho culturalmente por nuestra ciudad. Incluso se barajo hacerle una figura y colocarla en la Plaza Santa Cruz, que es por donde se solía mover. Y ponerle una dedicatoria: “Guille Martín guitarrista de Rock”.. El proyecto está presentado, aunque creo que es una batalla perdida. Hay gente pensará que hay figuras más importantes.

 

 

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